Salvador Flores Fuentes

Nació en Zaragoza, Coahuila el día 29 de diciembre de 1924, hijo de Pedro Flores y Remedios Puentes. Pasó parte de su infancia en su lugar de nacimiento, para posteriormente radicar en el estado de Durango, dónde trabajó para la Hacienda del Ojo, El Chorro y Atotonilco como amanzador de potros. En su adolescencia emigró a los Estados Unidos buscando un mejor futuro para su familia, desempeñándose como vaquero en el Estado de Texas; fue ahí donde incursionó en el deporte del Rodeo en la disciplina de Lazo por Parejas, con su hermano Antonio como compañero.

Contrajo matrimonio con la Sra. Guadalupe Guerrero y procrearon 5 hijos: Salvador, Manuel, Socorro, Cristina y Pedro, con 15 nietos.

Su carrera deportiva inició a temprana edad en el deporte de la Charrería, la cual inculcó a su familia, y en dónde destacó por sus magníficas facultades en el manejo de la reata. En la época de los 80’s formó su equipo de Rodeo con su propia familia y algunos amigos, y formó la Asociación de Rodeo de la Laguna, en la cual fungió como Presidente y fue así como el 21 de Marzo de 1986 inauguró en Cd. Lerdo Durango, la primer Arena de Rodeo de la Comarca Lagunera -la cual lleva su Nombre-, y a partir de entonces dedicó su vida al deporte del Rodeo, destacando como Lazador, Auxiliar a caballo, Director de Arena y Organizador de Rodeos. Participó múltiples veces los Rodeos más importantes de México, como el Rodeo de las Estrellas, Circuito Tecate, Feria de Santa Rita, Expogan Chihuahua, así como Rodeos en Cuauhtémoc, Chihuahua, Monterrey, Nuevo León, Zacatecas, Nuevo Laredo, Tamaulipas, Saltillo, Coahuila, y otros.

Miembro activo de la Federacion Mexicana de Rodeo y siempre tratando de fomentar la afición al Rodeo apoyando a los estudiantes de diferentes Universidades como fueron UAAAN unidad Laguna, Universidad de Zootecnia de Venecia, Durango (ESAZ) y Universidad de Chapingo Unidad Laguna.

“Don Chava”, como era mejor conocido, amó y respetó el Rodeo hasta el último momento de su vida, ya que en sus últimos días sus únicos pensamientos eran para sus caballos, su reata, sus botas y su sombrero.

Don Chava tuvo muchos reconocimientos y premios en su carrera deportiva, el principal fue ver a sus hijos y nietos amar, respetar y disfrutar el Rodeo al 100%. Don Chava nunca esperaba reconocimientos, ni hebillas de campeón, mucho menos premios en efectivo, por lo que siempre luchó para que nunca se acabara la gente de a caballo y la afición al Rodeo.